El cambio en el ser humano es continuo y consustancial a lo largo de toda su vida. Si alguna parcela de nuestra vida no funciona como nosotros queremos, estamos obligados tengamos la edad que tengamos, a realizar algún tipo de cambio para mejorarla.
Es importante la elevación del nivel de consciencia de uno mismo que facilita el coaching, ya que permite la comprensión más profunda de las actitudes, creencias y razonamientos que rigen nuestro comportamiento y cómo influye todo esto a nuestro alrededor.
¡Ojo!
Es importante entender antes de nada que el coaching no es terapia, aunque ambos puedan ser complementarios. La terapia está principalmente enfocada en la búsqueda de las causas de una situación de vida problemática (pasado), cuando el coaching explora las distintas opciones para alcanzar los objetivos que te permitirán cambiar esta misma situación hacia otra más deseada (futuro).
El coaching tampoco es asesoramiento. Eres tú el experto de tu vida y el coaching te ayuda a descubrir dentro de ti, los recursos y las respuestas que te corresponden para alcanzar tus metas.
Asimismo el hecho de que el coaching no sea terapia es un punto positivo. En la terapia se indica lo que hay que hacer y cómo hacerlo y es posible que no sea recibido con agrado pues puede llegarse a sentir disminuido y adquirir nuevas creencias en cuanto a su validez. En cambio con el Coaching, se encuentra una gama de nuevas posibilidades a disposición del cliente/coachee que cada uno elegirá de acuerdo a sus necesidades.